
Vivimos rodeados de personas: familia, amistades, compañeros de trabajo, pareja… Y aunque muchas veces hablamos de la importancia de elegir bien con quién compartir el camino, pocas veces profundizamos en el otro lado de la moneda: la necesidad vital de marcar distancia con quienes no suman.
La frase “Si elegir a quién tener cerca es importante, elegir a quién tener lejos es vital” nos confronta con una verdad emocional profunda. A veces, lo que nos impide avanzar no es la falta de apoyo, sino la presencia constante de relaciones que restan energía, confianza o serenidad.
Vínculos que nutren vs. vínculos que drenan
Hay personas que inspiran, que nos hacen crecer, que nos respetan tal como somos. Estar cerca de ellas fortalece nuestra autoestima, refuerza nuestro bienestar emocional y nos impulsa a ser mejores.
Sin embargo, también existen vínculos que generan lo contrario: frustración, inseguridad, agotamiento mental. Relacionarse con personas controladoras, negativas o manipuladoras, por más historia compartida que haya, puede convertirse en un lastre emocional.
Alejarse no es egoísmo: es salud emocional. Aprender a decir “hasta aquí” puede ser un acto de amor propio más poderoso que cualquier abrazo.
El arte de poner límites
Poner distancia no siempre significa cortar completamente una relación. A veces basta con redefinir los términos del vínculo, establecer límites claros o disminuir la frecuencia de los encuentros.
Aquí algunas claves para comenzar:
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Escucha tu intuición: si algo en ti se contrae cuando piensas en esa persona, probablemente hay algo que atender.
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Evalúa cómo te sientes después de interactuar con ella: ¿te sientes en paz o drenado/a?
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Aprende a decir no sin culpa: priorizar tu bienestar no te hace mala persona.
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Rodéate de quienes te eleven: tu entorno tiene un impacto directo en tu crecimiento personal y profesional.
Una invitación a la reflexión
Haz una pausa. Piensa en las personas con las que más tiempo compartes. ¿Te inspiran? ¿Te cuidan? ¿Te respetan?
Recuerda: tu energía es limitada. Cuídala como el recurso valioso que es.
A veces, el mayor acto de autocuidado es elegir con valentía a quién mantener cerca… y a quién mantener lejos.
Conclusión: relaciones con sentido
No todas las relaciones están destinadas a acompañarte toda la vida. Algunas solo llegan para enseñarte una lección. Otras, para poner a prueba tus límites. Y unas pocas, para quedarse y crecer contigo.
Tú decides con quién compartir tu viaje.
🔁 ¿Te animas a revisar tu entorno emocional y hacer espacio solo para lo que te nutre?
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